Todavía se conserva los restos de un típico castillo roquedo ajustado al escarpado terreno con planta y altura de sus lienzos irregulares. Muralla bien conservada realizada en mampostería tosca jalonada de una treintena de almenas con terminación en punta de diamante. La existencia de esta fortificación se debe a que Ciria siempre ha estado unida a los conflictos fronterizos entre castellanos y aragoneses.
Ciria como punto de paso tuvo dos importantes ventas, una de las cuales sigue abierta al público actualmente y que dispone de una plaza de tientas para pequeños festejos taurinos.